domingo, 19 de mayo de 2013


   Tp N° 3   
             
  En este caso trabajamos con la lectura del cuento “Olfato” de Ezequiel Martínez Estrada,  basándonos en los distintos olores y aromas descriptos por el autor.  El ejercicio consistía en generar impresiones olfativas a través del tratamiento plástico de los materiales. Así como en el texto se abocan todo tipo de olores a través de una relato, del lenguaje mismo, nuestro desafío fue lograr esas mismas impresiones pero valiéndonos de un lenguaje puramente plástico, sin caer en lo figurativo ni en lo simbólico.


  En estos trabajos mi atención se centró en el olor a cementerio, el smog de la ciudad y la humedad. Por eso aparecen pequeños pétalos de flores detrás de manchas de hollín sobre un vidrio. También hay cera de vela que forma parte de un collage, y papel transparentado con manchas de aceite de cocina. Las obras mantienen un formato relativamente pequeño y han sido encuadradas, tanto por razones prácticas como compositivas. En lo práctico utilicé el vidrio como soporte de las manchas de hollín, y estéticamente me pareció que la idea de “Pequeños cuadros” servía para relacionar los trabajos con la intimidad de una casa, con los adornos y decorado, objetos que se encuentran sobre una pared húmeda o sobre algún mueble

Experimente con aceite comestible sobre hojas de papel sulfito, las manchas que transparentaban la hoja me hacían pensar en la lluvia, en la humedad de las paredes. También recurrí al efecto de las gotas que caen de una vela, como quedan adheridas a cualquier superficie, pero más que todo, lo que me movilizó a usarlas, fue olor un poco tóxico del humo de las velas cuando se apagan. Entonces empecé a manchar con hollín el vidrio, y me gustó mucho el resultado; los rastros de humo sobre una superficie transparente, la forma de obstruir la luz. Me pareció muy significativo en relación al habiente urbano, copado de smog y de vehículos que lanzan humo todo el tiempo.

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